Benedicto XVI hace notar la profunda división de saberes y la excesiva especialización en el ámbito universitario, sin una visión de conjunto que dote de sentido a cada ciencia específica. El relativismo, el cientificismo y el pragmatismo no dejan lugar a un conocimiento integrador que abarque los objetos de estudio de forma ordenada, impidiendo a priori la búsqueda de la verdad.
Las cuestiones fundamentales del hombre, cómo vivir y cómo morir, no pueden pues quedar excluidas del ámbito de la racionalidad. Los Premios Razón Abierta buscan reconocer a aquellos docentes e investigadores que, al preguntarse por la verdad del hombre, la posibilidad del conocimiento de la realidad, el bien y el mal y el sentido de la existencia humana dentro de sus respectivas ciencias, buscan un conocimiento más amplio, dirigido al hombre completo y no solo a su intelecto.