Un nuevo reportaje con cámara oculta sobre las prácticas abortistas de Planned Parenthood ha sido difundido por el Center for Medical Progress {Centro para el Progreso Médico}. En él se ve a la abortera DeShawn Taylor, ex directora médica de Planned Parenthood en Arizona, admitir que utilizan fetos asesinados de hasta 24 semanas para vender órganos, que alteran la forma de practicar el aborto para salvaguardar órganos «intactos», que cuando el niño sobrevive al aborto lo dejan morir o lo llevan al hospital según quién haya en la sala y que el propio personal que tramita los certificados utiliza la palabra
baby {bebé}, lo que a esta señora le parece «espeluznante». Todo lo cual lo cuenta -marca de la casa- entre alguna que otra risa.