El pasado sábado 18 de febrero, el patriarca católico caldeo de Bagdad, Louis Sako, celebró en la aldea de Telekuf/Tesqopa, cercana a Mosul, la primera misa después de dos años y medio, una vez liberada del Estado Islámico. Luego bendijo la cruz que se alzó en una colina cercana, celebrada con fuegos artificiales y al grito de «¡Victoria, victoria! ¡Victoria por los que eligieron la fe y por los que regresan!».
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