En marzo de 2015, Akash Bashir, joven cristiano de la parroquia de San José de Youhanabad (Pakistán), advirtió que un terrorista-bomba iba a provocar una masacre dentro de la iglesia, y le detuvo con su propio cuerpo: «Moriré, pero no entrarás en nuestra iglesia», le dijo. En declaraciones a Ayuda a la Iglesia Necesitada, sus padres expresan el perdón a los asesinos y su visión sobrenatural de su inmolación y de la persecución que sufren: «Somos elegidos por Dios y Él aceptó el sacrificio de nuestro hijo», explica en unas impactantes palabras.
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