La Iglesia alemana se considera vencedora con Fiducia supplicans: una Iglesia rica, acomodada al mundo y con cientos de miles de fieles en desbandada afirma haber triunfado como modelo de futuro sobre el que supone la Iglesia africana, pobre, mártir y rebosante de vocaciones. ¿Es así porque se han permitido las bendiciones a parejas "irregulares" o del mismo sexo? No -señala el padre Santiago Martín-, eso para los germanos es lo menos importante: lo relevante es que ha habido un cambio, y abierta la espita del cambio, todo parece cambiable. ¿Es el fin de la "Iglesia de certezas" en beneficio de una Iglesia rendida al relativismo?