El padre Andrew sirve a la Iglesia en una floreciente diócesis de Nigeria. Un país en el que, en no pocas zonas, los sacerdotes son especialmente interesantes de cara a los secuestradores, según sus propias palabras. Celebrar misa requiere, en muchas ocasiones, auténticas movilizaciones de observadores y vigías. En este vídeo, relata los peligros a los que está sometida la población católica y especialmente los sacerdotes, pero también del consuelo que supone ver en cada pueblo que, pese a la persecución, la Iglesia en Nigeria es floreciente. Puedes ayudar al padre Andrew y a los católicos locales de Nigeria a través de la campaña puesta en marcha por Ayuda a la Iglesia Necesitada desde este enlace.