Georg Gänswein, que durante años fue el secretario personal y principal ayudante de Benedicto XVI, ha vuelto por unos días a Roma al cumplirse un año del fallecimiento del Papa alemán. Ha participado en un congreso y en la misa celebrada por el Pontífice fallecido. Cree que la Iglesia debería abrir su proceso de canonización: el procedimiento habitual pide esperar cinco años tras la muerte del implicado, aunque una orden del Papa Francisco puede perfectamente acelerar ese proceso. El 3 de enero Gänswein, que el último año ha residido en Austria, fue recibido por el Papa Francisco.