Casi 400 iglesias católicas de Estados Unidos han sufrido ataques desde mayo de 2020, según informa CatholicVote. Denunciaron el robo de sagrarios, la decapitación de estatuas de santos, saqueos e incluso el incendio de edificios eclesiásticos. Esta oleada de ataques comenzó tras los disturbios civiles y políticos en Estados Unidos que hubo en mayo de 2020 y se intensificaron dos años después, cuando el Tribunal Supremo anuló la ley del aborto del caso Roe contra Wade. Y no muestran signos de desaceleración: se han producido casi 100 nuevos ataques contra iglesias desde principios de 2023.