Sanaciones milagrosas y el regalo de crecer en la fe a través de la enfermedad. Es el relato lleno de esperanza de la joven colombiana Sara Guzmán, afincada en España hace ya 20 años. Hace tiempo pasó por algunos problemas de salud y acabaron detectando que se debía a un tumor en el cerebro. Después de algunos tratamientos con fármacos, el tumor siguió creciendo y provocó un derrame en el nervio óptico. Inexplicablemente, el derrame nunca llegó a afectar a su visión. Sara Guzmán cuenta que el neurocirujano que la atendió admitió que no había explicación científica para sus casos. Ella no duda de la poderosa intervención de Dios en su vida.