El Papa Francisco recibió en la mañana de este lunes a Pere Aragonès, presidente de la Generalitat de Cataluña. El encuentro estaba planificado desde junio, un mes antes de las elecciones españolas de julio: nadie esperaba que 4 meses después aún hubiera negociaciones para conformar Gobierno en España.

Aragonès ha hablado al Papa de dos edificios más que peculiares: la abadía de Montserrat (que en 2025 celebra su milenario, Aragonès dijo al Papa que será "un gran acontecimiento" y que Cataluña se sentiría honrada con su visita) y la Sagrada Familia, que muestra ya sus torres de los 4 Evangelistas.

También han hablado de la guerra entre Israel y Gaza. Tras el encuentro de 40 minutos, Aragonès dijo a la prensa que ambos estaban de acuerdo en "soluciones diplomáticas, que garanticen el derecho a la vida y el derecho a la libertad de todas las personas y todos los pueblos".

Aragonès ha regalado al Papa un Sant Jordi de plata (reproduce la de la capilla de la Generalitat), un ejemplar del poema "Canigó", de mosén Jacinto Verdaguer, la obra completa de poesía y teatro de Joan Maragall (1860-1911), y el libro "Gràcies. El cant espiritual de Joan Maragall" dentro de una bolsa de un centro penitenciario con iniciativas de reinserción social (CIRE).

Además le entregó una camiseta del equipo de fútbol preferido del Papa, el San Lorenzo de Almagro, firmada por sus jugadores, por encargo de argentinos afincados en Cataluña.

Es la segunda vez que un presidente de la Generalitat es recibido en audiencia oficial por un Papa. San Juan Pablo II recibió a Jordi Pujol en 1981 y al año siguiente el Papa Juan Pablo II visitó Barcelona y Montserrat.