El desmoronamiento de la Iglesia alemana ha quedado patente al conocerse las cifras de la desafección (medible vía fiscal) de medio millón de católicos en un año, un 45,4% más que el año anterior. El padre Santiago Martín lamenta la ceguera de los llamados a enderezar esta situación, en vez de acentuarla. Y censura que a nadie parezca importarle el sufrimiento de muchos católicos fieles, contrarios a la creciente mundanización de la Iglesia, que se sienten extraños en ella.