Hacía tiempo que no se veía en un país europeo el calor hacia el Papa que se ha visto en el primer día de visita apostólica de Francisco a Hungría. Además del afecto popular, la recepción de las autoridades, encabezadas por la católica presidente Katalin Novák y el primer ministro Viktor Orbán, ha sido calurosa. El gobierno húngaro es el único de la Unión Europea, junto con el polaco, con políticas en favor de la vida, de la familia y de la natalidad, y el más comprometido en la defensa de los cristianos perseguidos.