Durante la cobertura por EWTN de la Marcha por la Vida de Washington del 20 de enero, Debbie Cowden estaba ofreciendo la reacción de las redes y empezó a leer un poema difundido en Instagram, pero no pudo contener las lágrimas. Tras disculparse, explicó: "¡Hay tanto en juego en este movimiento! ¡Tantas vidas que se han perdido! Rezo por que nuestro entusiasmo y nuestro fervor nunca flaqueen. Hay vidas en juego, madres que quedarán heridas para siempre, niños que nunca conocerán a sus hermanos, un futuro que cambiará para siempre por esta plaga del aborto. Por favor, a quienes estáis en casa, encontrad un momento para rezar y pedid a Dios que se apiade de nuestro país y que veamos pronto el fin del aborto: por tantas almas, por tantos niños...". 

Éste era el poema:

Por todo lo maravilloso que se ha perdido para siempre

Por los cubos de madera que nunca serán apilados.

Por los primeros pasos que quedarán sin darse.

Por los Legos que no se construirán.

Por el sol y el calor del sol que no será recibido.

Por los columpios que no se balancearán.

Por los trenes y camiones de juguete que nadie empujará.

Por los claros cielos nocturnos que no serán contemplados.

Por las excavadoras y remolques que no despertarán admiración.

Por los océanos y lagos donde no habrá nados.

Por los tutús que nadie vestirá.

Por las montañas que no causarán maravillara.

Por los dinosaurios de los que no se leerá nada.

Por los charcos en los que nadie chapoteará.

Por la luna, los planetas y las estrellas que quedarán sin ser vistos.

Por las gotas de lluvia que no serán sentidas.

Por los libros que quedarán sin leerse.

Por los mundos que no serán imaginados.

Por los instrumentos que nadie tocará.

Por los pájaros que no serán escuchados.

Por las palabras que no serán pronunciadas.

Por los sueños que nadie soñará...

Por todas estas cosas, por estas y otras experiencias a las que solo la capacidad de asombro de un niño puede dar su sentido pleno para que dirijan su vida entera y la de quienes les rodean... pero que son arrebatados... por esos marchamos y declaramos la verdad de la vida en el seno materno, e imploramos piedad.