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Müller visita al provida detenido
Domingo, 16 de octubre de 2022 09:35

El 23 de septiembre, casi una treintena de agentes del FBI asaltaron el domicilio de Mark Houck, de 48 años, apuntándole con sus armas y arrestándole delante de sus 7 hijos, entre los llantos y gritos de los más pequeños. Mark es un activo militante provida y está acusado de un incidente menor ante un abortorio, una refriega de apenas unos empujones sobre la que hay versiones contrapuestas. Será juzgado el 24 de enero en Filadelfia.

 

La desproporcionada detención ha puesto de manifiesto la utilización partidista de las instituciones que está haciendo el actual ocupante de la Casa Blanca, Joe Biden, en este caso para intimidar a los grupos provida tras la sentencia Dobbs que dejó de amparar el aborto como un derecho constitucional. A pesar de que los centros de apoyo a la mujer embarazada están siendo vandalizados y amenazados en todo el país de forma coordinada (lo que constituye un delito federal, según sus abogados), el FBI está siendo utilizado no para investigar esos crímenes, sino para amedrentar a quienes ofrecen consejo u oración a las madres a las puertas de las clínicas.

 

Consciente de la gravedad de esta situación, el cardenal Gerhard Müller quiso visitar personalmente a Houck y a los suyos para bendecirles y apoyarles. "La persecución de las buenas personas es siempre un signo del comienzo de una dictadura y una tiranía", señaló el prefecto emérito de la Doctrina de la Fe en su casa esta misma semana: "La democracia no funciona cuando no se respetan los derechos básicos a la vida y a la libertad. Somos ciudadanos, no siervos de algunos líderes ideológicos". 

 

“Esto es inaceptable, es un escándalo”, insistió, comparando la actuación del FBI bajo Biden con “la policía de la China comunista”: “Por tanto, como obispo católico y cardenal de la Iglesia católica, condeno estas acciones contra familias desarmadas, contra los niños, amenazándoles y aterrorizándoles. No hay razón ni justificación para esta brutal agresión”.