Esta semana se han cumplido sesenta años de la apertura del Concilio Vaticano II. El padre Santiago Martín expresa su dolor por lo que sucedió en el periodo postconciliar, un espíritu de ruptura que ha revivido en los últimos años y aleja a la Iglesia actual de la Iglesia primitiva, totalmente volcada en la divinidad de Jesucristo y el amor de Dios.