A las 9.27 horas de este lunes se repitió el prodigio de la licuefacción de la sangre de San Genaro que se venera en la catedral de Nápoles, de nuevo abarrotada de fieles tras dos años de restricciones gubernamentales. El arzobispo de la diócesis, Domenico Battaglia, la mostró a los fieles, en presencia del alcalde Gaetano Manfredi, mientras un miembro de la Diputación de San Genaro agitaba el tradicional pañuelo blanco. Este milagro, que se comprueba por la mañana al abrir la caja fuerte donde se custodia el relicario, sucede (si sucede) tres veces al año: el 19 de septiembre, festividad de San Genaro; el sábado anterior al primer domingo de mayo; y el 16 de diciembre, en recuerdo de la salvación de la ciudad por su patrono cuando la erupción del Vesubio de 1631.