Lo sucedido en el camino sinodal alemán esta semana, con la imposición dictatorial -y contra sus propias normas- de objetivos incompatibles con la doctrina y naturaleza de la Iglesia (apoyados sin embargo por una mayoría de obispos) aboca a la Iglesia, explica el padre Santiago Martín, a un cisma en tres países (Alemania, Bélgica y Suiza) o a la expansión de un virus destructor que circula impune.