Anento, en la provincia de Zaragoza, ha pasado de ser un pueblo abandonado a verse reconocido como uno de los más bonitos de España. Álex Navajas nos lo presenta y nos cuenta cómo a esa recuperación no es ajena la joya que alberga su iglesia: el retablo de San Blas, de la Virgen de la Misericordia y de Santo Tomás Becket, atribuido al Maestro Blasco de Grañén, de principios del siglo XV.