En la abadía trapense de Koutaba, situada en las llanuras de Bamum, al oeste de Camerún, cultivan café arábica porque los 1200 metros de altitud de la región la hacen óptima para ofrecer un grano de calidad, preferible, explica el padre Georges, al café robusta, que "está en todas partes". Este monasterio fue fundado en 1968 como hijo de la abadía de Aiguebelle (Provenza, en Francia). Hoy son 21 monjes de la Orden Cisterciense de la Estricta Observancia. La mayor parte de ellos son camerunenses, pero también los hay de vecinos países africanos y de Francia. Disponen de un huerto, una plantación de plátanos, un millar de árboles frutales y una plantación de café: "Estaba en muy mal estado cuando llegamos", expone el religioso, quien cuenta todo lo que han ido haciendo para ponerla en marcha. El café de la abadía de Koutaba ha recibido ya varios galardones: "Un año nos presentamos a un concurso y alcanzamos la tercera o cuarta posición, lo supimos por los periódicos". Este café puede adquirirse a través de Divine Box.