A las 3:12 de la madrugada del Lunes de Pentecostés, tras tres años de privación a causa de los confinamientos y restricciones, los almonteños saltaron la verja para sacar a la Virgen del Rocío y comenzar su recorrido por las 125 hermandades. Tres horas después tuvo que interrumpirse la procesión por una rotura en las nuevas andas y la Blanca Paloma volvió a su ermita al amanecer, para desolación general.