Tras veinte años en la política con distintos cargos de gobierno y representación, Esteban Bullrich renunció el pasado viernes a su escaño como senador por la provincia de Buenos Aires, a consecuencia de la enfermedad neurodegenerativa que le diagnosticaron en abril, la ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica). Por tener dificultades para el habla, su mensaje al Senado había sido grabado mediante una aplicación. Sus palabras (interrumpidas en varias ocasiones por el llanto, compartido por numerosos miembros de la cámara) fueron para pedir concordia y diálogo entre los políticos al servicio del pueblo argentino, y ofreció también una consideración espiritual, agradeciendo «primero a Dios por esta cruz» (minuto 10:00): «Él nunca nos pone pruebas que no podamos superar. Y aunque a veces duela el cincel del escultor, sé que sólo si nos dejamos moldear por Él llegamos a nuestra mejor versión. Esta cruz me ha permitido recibir infinitas muestras de cariño y amor diariamente. Esta cruz me ha enseñado que la vida es hoy y el mañana. El mañana es esperanza». Bullrich, casado desde hace 22 años y padre de cinco hijos que se hallaban presentes, votó contra la legalización del aborto y como ministro de Educación con Mauricio Macri defendió la enseñanza religiosa en las escuelas.