El pasado jueves, el ayuntamiento de Son Servera (Mallorca), que gobierna la socialista Natalia Troya, derribó y destruyó la Cruz de los Caídos sita en la Plaza de la Tercera Edad, en la que no había ninguna inscripción de ninguna clase, formando parte de forma pacífica desde hace décadas de elenco monumental de la localidad. Sobre la actuación municipal pesa una grave sospecha de ilegalidad, dado que en junio se registró ante el Consell de Mallorca una solicitud de catalogación de la Cruz como bien catalogado, y dicho expediente se encuentra pendiente de la obtención de un informe que era preceptivo para cualquier actuación sobre el monumento. El ayuntamiento invoca para su actuación la Ley de Memoria Histórica que aprobó el PSOE en tiempos de José Luis Rodríguez Zapatero y mantuvo el PP durante su posterior mayoría absoluta.