Cuando era niño, a Xavi Argemí, que tiene ahora 26 años, le diagnosticaron una enfermedad degenerativa. A pesar de las dificultades que esto le ha supuesto, el apoyo familiar, la fe y un gran espíritu de superación le mantienen como una persona vital que pide ver siempre el vaso de la vida medio lleno, y no medio vacío.