El colombiano Marino Restrepo había triunfado como empresario en California cuando, en el curso de una visita a su país, fue secuestrado por el grupo terrorista FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) durante seis meses. En aquel momento llevaba más de treinta años alejado de la fe, que recuperó gracias a una singular experiencia mística cuando aún estaba en cautividad.