A pesar de que más de quinientos documentos eclesiásticos dejan claro que es incompatible pertenecer al mismo tiempo a la Iglesia y a la masonería, miles de sacerdotes y religiosos, incluso obispos y algún cardenal, sobre todo en los primeros tiempos de las logias, han pertenecido a ellas. La historiadora Angela Pellicciari, quien acaba de publicar en español Una historia única. De Zaragoza a Guadalupe, cuenta un caso especial, el vinculado al conocido como Cagliostro.