Amahoro Y'imana es el Himno a la paz y la reconciliación que compuso e interpretó Kizito Mihigo (1981-2020), cantante ruandés que alcanzó en su país unas cotas de popularidad extraordinarias con sus temas litúrgicos. Superviviente en 1994 del genocidio hutu contra los tutsis en el que mataron a su padre, dedicó su vida y su música a predicar la reconciliación, llegando a reunirse con una hija del asesino. Esta actitud le costó grandes incomprensiones e incluso la cárcel por supuesta complicidad con grupos rebeldes antigubernamentales. Condenado a diez años, pasó en ella cuatro, ocupándose de una coral y persistiendo en su labor de unir a los antiguos enemigos: «La cruz que vivo», escribía en prisión, «Tú la conoces mejor que yo. Si hoy estoy ante Ti, Señor, no es para pedirte que pongas fin a la prueba que estoy soportando, sino para pedirte que te sirvas de ella para que se haga la voluntad de nuestro Padre así en la tierra como en el cielo». Tras ser liberado, su carrera no volvió a ser la misma, al verse marginado y olvidado. Intentó pasar a Burundi sin pasaporte, que no le habían restituido, y fue detenido de nuevo. Murió en su celda, oficialmente por un suicidio que nadie en Ruanda cree. En el Himno a la paz y la reconciliación proclamaba: «Alaba a Dios, pueblo de Ruanda. Problama Su nombre, porque Él se nos ha manifestado y nos acompaña a lo largo del camino divino. Desde hace 25 años hemos aprendido a vivir juntos en paz y fraternidad, dones del Cielo. Alabado seas, Padre nuestro, Tú que creaste una Ruanda unida. Lo hemos podido hacer por tu gracia, Señor. De Ti aprendemos el auténtico perdón y la reconciliación verdadera. La paz y la justicia serían imposibles sin Ti, Dios de la Verdad... La paz sea con vosotros, queridos hermanos, os deseo la paz y la reconciliación. Reconcíliate con tus hermanos y hermanas y después con Dios, pero olvides también reconciliarte contigo mismo».