La devoción de las Tres Avemarías nació en el siglo XIII y fue rescatada a principios del siglo XX gracias a la entrega a esa causa del capuchino Jean-Baptiste de Chémery, cuyo sucesor, para difundirla, edificó en la localidad francesa de Blois la espectacular basílica de Nuestra Señora de la Trinidad. Para conocer mejor ambas historias, pincha aquí.