La iglesia de San Juan Bautista en Morinville (Alberta), construida a principios del siglo XX, quedó reducida a escombros tras un incendio que las autoridades consideran provocado. Este atentado se suma a otros que han padecido lugares de culto católicos y protestantes en Canadá en las últimas semanas, como la vandalización de una estatua de San Juan Pablo II en una iglesia polaca de Edmonton o el incendio total o parcial de una docena de templos. El pretexto para estos crímenes, presuntamente cometidos por grupos de agitación indigenistas o activistas «woke» o de «cultura de la cancelación» (que buscan arrancar de América toda huella occidental y cristiana) es el hallazgo de los cadáveres de 215 niños indígenas en la residencia de integración Kamloops (Columbia Británica), un centro estatal para una iniciativa estatal, pero durante un tiempo regentado por la Iglesia. Para ampliar información sobre cómo se ha manipulado ese hallazgo, pincha aquí (vídeo) o aquí (artículo).