La misa vespertina que se celebraba el pasado jueves en la parroquia de San Juan Bautista en Iguala (Guerrero, México) se vio interrumpida por un tiroteo en el exterior. A las puertas de la iglesia fue asesinado un ex policía municipal de 45 años. El sacerdote, José Manuel García Linzaga, se vio obligado a suspender la homilía. Monseñor Salvador Rangel, obispo de Chilpancingo-Chilapa (diócesis a la que pertenece Iguala) ha denunciado el desorden en la ciudad, donde cada día hay varios asesinatos causados por los cárteles de la droga: «Desgraciadamente el gobierno actual de [Andrés Manuel] López Obrador no ha sabido la manera de pacificar México y Guerrero», dijo el prelado, señalando uno de los fracasos del presidente mexicano.