Sarah, la segunda hija de Jeannie y Ben, nació con síndrome de Apert, una enfermedad genética en la formación de los huesos que puede afectar al desarrollo cognitivo. Con su amor de padres y su fe ofrecieron a su pequeña la acogida que merece como regalo de Dios, una experiencia que comunica desde entonces para ayudar a otras familias a superar los retos de la vida.