En febrero pasado, Tarik, de 21 años, deslumbró en la edición francesa de La Voz con Mon chéri [Cariño], un slam [poesía escénica] sobre el aborto. Su interpretación emocionó hasta las lágrimas a uno de los miembros del jurado, el cantante Vianney, un católico que también ha dedicado un reciente tema al vínculo entre padres e hijos, Beau-papa. Ahora Tarik ha lanzado un videoclip con Mon chérie, cuya letra nos presenta a una madre que se dirige a su hijo en el momento en el que va abandonar el hogar: «Cariño, soy yo. / Me gustaría hablarte, / siempre estaré ahí para ti. Lo sabes ¿verdad? / Quiero decirte que te quiero, que eres un sueño, / que verte crecer es un privilegio. / Eres mi hijo, mi sangre, la carne de mi carne. / Si tus días son oscuros, yo seré tu luz. / Hoy ya eres mayor, te vas a ver el mundo, / sabrás apreciar lo bonito y dejar de lado lo inmundo. / Me siento vacía sin ti, tengo miedo de decirte adiós. / Te imagino cerca de mí y entonces me siento mejor. / Exagero, es normal, soy una madre, / una que tiene miedo de ver a su hijo marcharse. / Nunca me esforzaré lo bastante por ti. Tengo la impresión de que a veces no supe llevarte, / y sin embargo, te prometo que lo intenté tantas veces… / Te vas de nuestra casa / y confieso que me da miedo. / Tal vez no te vea, pero jamás estarás lejos de mi corazón. / Eras el rey del mundo que yo había creado para ti, / no puedo creer que no estés aquí, que todo haya acabado. / Es como si nunca hubiera comenzado. / ¡Yo, que creía que nunca me podría separar de ti! / Se acabaron los paseos a la orilla del lago, / las tardes en el parque viéndote saltar en los charcos, las meriendas, / enseñarte a cocinar, mirar cómo te diviertes / y acurrucarme contigo al atardecer... / Mi tiempo ya no se irá acunándote...». Entonces Tarik cambia el tono de lo evocador a lo desgarrador: «¿Por qué tenías que irte? / Apenas has llegado y te me escapas. / Hijo mío, quédate conmigo. Por favor, no me dejes. / ¿Dónde vas a ir? ¿Qué es lo que hice mal? ¿Era este tu destino? / ¿Cómo podría conservarte? ¿No crees que es pronto para decirme adiós? / ¿O es que no me quieres? Ahora veo que he sido yo quien ha fallado. / ¿Por qué habrías de quedarte en esta pobreza? / No he conseguido retener a tu padre. Será imposible que te enorgullezcas de él. / Sin duda habrías sufrido. No estoy hecha para ser madre». Y la conclusión, terrible, cuando descubrimos que la madre no habla a un hijo real: «Me hubiera gustado que escucharas mis palabras, / siento ahora que la tristeza crece dentro de mí. / Hijo mío, te miro, pero tú desapareces dulcemente. / Entonces me aferro a ti, y al sueño que tú eras. / Porque, sí, no has nacido. / Y no te veré nunca. / Hijo mío, no te enfades conmigo, / pero he tenido que abortarte». Traducción de la letra: Helena Faccia Serrano.