Según estaba anunciado, este sábado, en la iglesia de San Bartolomé de Frankfurt, se celebró una misa católica en la cual pudieron comulgar cuantos protestantes quisieron. Esto sucedió con el apoyo explícito del presidente de la conferencia episcopal alemana y obispo de Limburg, Georg Bätzing, y del cardenal Reinhard Marx, arzobispo de Múnich y miembro del consejo de cardenales que asesora al Papa Francisco. Esta profanación de la Sagrada Eucaristía ha tenido lugar con el silencio de la Santa Sede y de muchas otras instancias habitualmente más ruidosas. El padre Santiago Martín explica su consternación y su dolor ante el hecho de que semejante afrenta al Cuerpo de Cristo no tenga consecuencias ni suscite reacción reseñable.