Andrea Matarí es una joven de 25 años con síndrome de Down que ha cursado estudios universitarios y trabaja en una importante firma, y lo agradece al centro de educación especial que la capacitó para su integración social y profesional. El pasado miércoles, su padre, el diputado popular Juan José Matarí, preguntó a la ministra de Educación, Isabel Celaá, por su intención de acabar con esos colegios a través de la recientemente aprobada ley de educación. El padre de Andrea se encontró con una respuesta que sorprendió, no por su contenido (era el esperable en la dialéctica del gobierno socialcomunista), sino por aludir personalmente al diputado en su conocimiento del problema personal que acababa de plantear. La actitud de Celaá suscitó muchas críticas que la obligaron a disculparse luego. Andrea le ha recordado en cualquier caso la importancia de las escuelas especiales para formar de modo específico a niños y jóvenes con alguna discapacidad y ponerlos en disposición real de valerse por sí mismos hasta donde sea posible.