Durante un debate en el Parlamento británico sobre las restricciones al culto impuestas por el gobierno de Boris Johnson a causa de la pandemia, el líder de la Cámara de los Comunes, Jacob Rees-Mogg, conocido por la solidez de sus principios católicos, respondió a la intervención de uno de sus compañeros tories, Christian Wakeford, con esta afirmación, plena de contenido doctrinal e histórico:
«La relación entre la Iglesia y el Estado ha demostrado en ocasiones bastante difícil. No podemos olvidar el 29 de diciembre de 1170, cuanto [Santo] Tomás Beckett fue asesinado en su propia catedral por sicarios del Estado enviados por Enrique II.
»La relación entre la Iglesia y el Estado no siempre ha sido apacible. Fue un gran asunto de controversia para los estudiosos medievales, que se centraron en Lc 22, 38: "Hay dos espadas". La cuestión es: ¿qué espada es superior: la espada espiritual o la espada temporal?
»Las autoridades temporales suelen pensar que la espada temporal es la espada superior. A las autoridades espirituales les encantaba rebatirlo, y el Papa Bonifacio VIII, con la bula del máximo rango de 1302 Unam Sanctam, proclamó que todas las autoridades seculares eran secundarias respecto a la autoridad espiritual. Y hemos visto encenderse esta polémica a lo largo de los siglos, con el Estado adquiriendo cada vez más poder y la libertad religiosa afirmándose ante él.
»Así que creo que mi honorable amigo plantea un punto de importancia fundamental. Pero la perspectiva que todos podemos asumir, la certeza en la que podemos descansar todos los que tenemos fe, es que la autoridad superior es incuestionablemente inmortal, invisible y sabia y no está bajo el control de la Cámara de los Comunes».
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