Todos los días, a media tarde, en la iglesia del Gesù [Jesús] en Roma, que alberga la tumba de San Ignacio de Loyola, se pone en funcionamiento la «máquina barroca». Fue diseñada por el jesuita Andrea Pozzo (1642-1709), pintor, arquitecto y creador de interiores. El artefacto hace descender un cuadro que representa a Jesucristo resucitado entregando al santo su estandarte. Cuando termina de bajar el lienzo, se ilumina una imagen en bronce dorado del fundador de la Compañía de Jesús en la gloria celestial.