El Volto Santo [Santa Faz] que se conserva en la catedral de San Martín en Lucca (Toscana, Italia) es el crucifijo de madera más antiguo de Occidente. Hasta ahora los expertos en arte habían datado la talla en la segunda mitad del siglo XII, pensando que era una copia, pues la tradición lo situaba en el siglo VIII, que es cuando un documento situaba la llegada de la Cruz a la ciudad. Ahora un estudio basado en el Carbono 14 conducido por el Intituto Nacional Italiano para Física Nuclear le ha dado la razón a la tradición, al fechar la imagen entre los años 770 y 880: lo explica Annamaria Giusti, científica de dicho centro y asesora de la catedral en el 950º aniversario de su consagración. El arzobispo de Lucca, Paolo Giulietti, afirma que el Volto Santo no es una imagen más, sino «una reliquia», en alusión a la creencia de que el rostro fue tallado por el propio Nicodemo, quien conoció personalmente a Jesucristo: «Es un recuerdo vivo del Cristo crucificado y resucitado, que sigue transmitiendo el mensaje de salvación que viene de Jesús de Nazaret, crucificado por amor y resucitado por el poder de Dios».