Hay un hilo entre la explosión de violencia organizada en Estados Unidos o el hundimiento en España de la natalidad o del número de matrimonios católicos: son signos de la descomposición de la sociedad, ante la cual, explica el padre Santiago Martín, lo único que puede hacer la Iglesia es ser fiel a lo que Jesucristo dijo e hizo y ser así sal, luz y levadura del mundo, en vez de congraciarse con él rebajando la integridad de su mensaje.