Gonzalo Ruipérez es párroco de San Juan de Dios en la Unidad Vecinal de Absorción (UVA) de Vallecas, un barrio de Madrid. Trescientos voluntarios durante todo el año reparten comida. Ahora son diez por la prudencia que exige la pandemia, y el trabajo casi se ha doblado. Él mismo lo explica y ofrece algunas reflexiones sobre lo que puede enseñarnos esta situación también en relación con Dios.