El obispo de Turín, Cesare Nosiglia, presidió este Sábado Santo el acto de veneración de la Sábana Santa que fue retransmitido a todo el mundo. Allí leyó la carta que le dirigió el Papa, donde Francisco afirma que «en el rostro del Hombre de la Sábana Santa vemos también los rostros de muchos hermanos y hermanas enfermos, especialmente los más solos y menos cuidados; pero también de todas las víctimas de las guerras y la violencia, de la esclavitud y la persecución». En la oración final se pidió al Señor, ante el lienzo que envolvió el cuerpo de Jesucristo, «salvación y alivio» para «los enfermos y sus familias»: «Ayuda a todos los miembros de la sociedad a cumplir con su deber, reforzando el espíritu de solidaridad», y «por intercesión de la Santísima Virgen María aleja de nosotros todo mal. Libéranos de la epidemia que nos está golpeando para que podemos volver con tranquilidad a nuestras ocupaciones habituales y alabarte y darte gracias con el corazón renovado».