El hermano Pablo Fernández, de los siervos del Hogar de la Madre, ofrece en este nuevo capítulo de Catholic Stuff una consideración sobre la mundanidad como anti-signo del cristiano, y cita algunos elementos que, sin ser directamente pecaminosos, sí pueden debilitar nuestra identidad y nuestro compromiso católicos. El modelo que debería describirnos es la Carta a Diogneto que cita el hermano Pablo, un documento anónimo datado en el año 158 que detalla cómo vivían su fe los seguidores de Cristo en aquellos primeros siglos.