El pasado sábado se celebró en Wisla, en el sur de Polonia, la vigesimotercera edición de la Copa Juan Pablo II, una competición puramente honorífica en la que algunos sacerdotes compiten en descenso y eslalon divididos en cuatro categorías de edades, recorriendo una distancia de 800 metros sobre la nieve ataviados con la tradicional sotana. Es un homenaje a uno de los deportes favoritos del Papa Karol Wojtyla.