El cardenal John Tong, arzobispo emérito de Hong Kong y administrador apostólico de la diócesis hasta que el Papa provea el cargo, anunció la suspensión de todas las misas públicas durante dos semanas, incluido el Miércoles de Ceniza, para frenar la difusión del coronavirus: «En estos momentos difíciles, nadie debe entrar en pánico», dijo ante la cámara con la mascarilla puesta. «Espero que todos comprendan que no es una decisión fácil», dijo, y añadió: «Debemos profundizar nuestra confianza en Dios y poner en práctica nuestro amor cristiano hacia nuestros vecinos y hacia todo el mundo». También invita a cumplir el precepto dominical con una misa por internet comulgando espiritualmente, leyendo las Escrituras o rezando el rosario. El cardenal Tong pide a todos que cuiden de la salud de su familia, en particular de ancianos y niños; que compartan el material anti-epidemia; y que vivan las virtudes de fe, esperanza y caridad y recen unos por otros. «Que, por intercesión de Nuestra Madre la Virgen María, el Señor escuche nuestras oraciones y la epidemia desaparezca pronto y tengamos todos salud y bienestar. Que Dios os bendiga», concluye.