El flamante presidente argentino, Alberto Fernández, militantemente proabortista, quien pocas fechas antes había ratificado que enviará al Congreso el proyecto de ley para despenalizar el aborto, recibió este viernes la comunión en el Vaticano y de la mano del canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias y de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales, el arzobispo Marcelo Sánchez Sorondo. Acto seguido Fernández fue recibido por el Papa, y tras un rocambolesco intercambio de comunicados sobre si habló o no habló del aborto con Francisco o con el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, reiteró su compromiso con la cultura de la muerte: «Voy a cumplir con mi palabra. Mi palabra es darle la posibilidad a la mujer de que, si quiere abortar, lo pueda hacer legalmente».