Todas las noches desde el 7 de diciembre se enciende en Gubbio (en la región italiana de la Umbria), en la ladera del monte Ingino, un gigantesco árbol de Navidad hecho a base de luces. Su elaboración, en la que participa todo el pueblo, lleva cuatro meses de trabajo. Se extienden 8 kilómetros de luces en una superficie que tiene una base de 450 metros y una elevación de 750 metros. Esta iniciativa nació en 1981 y el día de su primera iluminación, al principio del Adviento, se congregan miles de personas. Este año el encargado de encenderlas por primera vez fue el padre franciscano Francesco Patton, Custodio de Tierra Santa, quien lo hizo desde la basílica de la Natividad en Belén, hermanando ambas poblaciones.