Las peores inundaciones en la ciudad desde 1966 han dejado imágenes insólitas del agua anegando la cripta y la nave de la basílica de San Marcos, situada en una plaza que se ha convertido en un lago. En las imágenes se ve en el lugar al patriarca de Venecia, Francesco Moraglia. La magnitud de los daños solo podrá evaluarse cuando se retire la marea de 130 cm y se comprueben no solo los efectos de la humedad sino de la sal.