Este martes, los republicanos volvieron a intentar la aprobación de una ley que obligue a prestar atención médica a los niños que nacen vivos tras un aborto provocado. Es una iniciativa que presentan reiteradamente y los demócratas han impedido hasta ochenta veces. En su defensa de la propuesta, Ann Wagner, de 56 años, congresista por Missouri y ex embajadora en Luxemburgo, no pudo reprimir el llanto al expresar su impotencia. Tras expresar la necesidad de que el Congreso reafirme la protección del no nacido, rompió a llorar al concluir su intervención diciendo: «Vivo para el día en el que el aborto sea no solo ilegal, sino impensable. Lo que está sucediendo con estos niños, que nacen porque nadie los quiere es... inconcebible». En otro momento de su intervención dijo: «Me asombra que haya políticos que quieran negar a los bebés la atención médica que les salvaría la vida. Como madre, como abuela, como legisladora, como abogada, me entristece ver que tenemos que defender algo por lo que nunca pensé que tuviésemos que luchar: por salvar la vida de bebés que nacen vivos».