En agosto de 2013, Li Zhihua tuvo un accidente de moto y quedó en coma en un hospital de Xiangyang (provincia de Hubei, China). Los médicos le dijeron a su mujer, Zhang Guihuan, que quedaría para siempre en un estado vegetativo. Ella se consagró enteramente a cuidarle veinte horas al día, limpiándole, alimentándole, hablándole y cantándole sus canciones favoritas, decidida a demostrarle a los facultativos que se equivocaban en cuanto al pronóstico. Perdió 10 kilos con toda esa actividad. Y un día dio fruto y Li despertó. Lo primero que dijo fue: «Esposa, te amo». Luego inició un proceso de rehabilitación en el que Zhang ha seguido muy implicada, como muestran las imágenes, y con una paciencia que asombra a todos. «Nunca pensé en rendirme», explica la mujer: «Mientras él viva, seguiré atendiéndole».