El 17 de agosto tuvo lugar en Ottawa (Ontario, Canadá), una misa negra pública en un club de heavy metal. Doscientas personas se congregaron enfrente para rezar el rosario en reparación por la blasfemia, y antes fueron bendecidas por el arzobispo Terrence Prendergast. «Id en paz y dad testimonio de vuestra fe», dijo para despedirles. Luego se encaminaron al punto de la protesta, donde el sacerdote Mark Goring rezó una oración de liberación. En ella proclamó que los congregados en ese «lugar de oscuridad» miraban «con misericordia a la almas perdidas [que asistían a la misa negra]» y pedían por su conversión. También rogó a la Santísima Virgen arropar a todos los presentes «con el manto de su amor» e invocó a la Preciosísima Sangre del Señor y a San Miguel Arcángel para protegerles de todo mal. Luego, otros sacerdotes presentes y él mismo bendijeron también a los presentes.