El padre Santiago Martín denuncia que Noa, la adolescente holandesa que ha protagonizado el debate público en Europa esta semana, es una víctima más de la cultura de la muerte en un país que se ha entregado absolutamente a ella a través de la eutanasia y el suicidio asistido. Es un síntoma más del proceso de «extinción» al que nuestra civilización se obstina en someterse, explica el superior de los Franciscanos de María.