En Weihui, en la provincia china de Henan, fueron arrancadas por el gobierno comunista local el domingo pasado las cruces que coronaban las torres del campanario de esta iglesia, una operación que los fieles hubieron de contemplar de rodillas, en oración, impotentes ante el mundo pero grandes a los ojos de Dios. «Con esta violencia», afirmó un sacerdote, «el gobierno pretende no tanto atemorizar a quienes ya son católicos, sino a las personas que querrían convertirse al cristianismo». Vídeo recibido por Asia News.